El material me llegó roto. En cada una de las planchas había mínimo 2 piezas rotas (a excepción de 2 planchas que no tenían ninguna pieza rota). Claramente parecía un golpe durante el transporte, porque prácticamente todas las mallas estaban rotas por la misma esquina.
Eso sí, la caja estaba en perfecto estado, sin golpes ni roturas y con un embalaje de burbujas adecuado.
En este punto me pongo en contacto con el Servicio de Atención al Cliente vía email, en concreto con Mireia, en el que explico lo sucedido y pido que por favor solucionen el problema.
Su respuesta, tras un intercambio de emails, es que están dispuestos a enviarme una malla pero que yo debo correr con los gastos de envío. Tras mi negativa en este sentido y un correo de respuesta por su parte donde mantienen su postura procedo a ponerme en contacto con ellos por teléfono para intentar hablarlo de forma más directa.
Aquí, es donde nace el principal problema. La persona que me atiende, vuelve a ser Mireia, que al principio me coge el teléfono muy educada y amable. No obstante, spoiler, esa educación y amabilidad duró más bien poco tiempo.
Al hablar con ella, insisto en mi idea de que no es justo que yo tenga que hacerme cargo de los costes del transporte ya que he recibido el pedido así y lógicamente no tengo la culpa de que haya llegado en esas condiciones. A esto ella me responde que en las condiciones pone que hay que revisar el material a la entrega y dar parte a la empresa transportista en caso de que haya algún problema. Es cierto que no abrimos el paquete y nos pusimos a revisarlo, simplemente se hizo un chequeo visual de la caja y al ver que estaba en buen estado entendimos que el material de dentro estaría igual.
No fue hasta unas horas más tarde cuando al abrir la caja vimos que prácticamente todas las mallas tenían piezas rotas.
No obstante, mantengo mi postura en la que creo que lo justo es que subsanen el problema sin que a mi me toque asumir ningún coste. A lo que ella comienza a exaltarse cada vez más alzando el tono de voz e interrumpiéndome de forma continuada. Error, que reconozco, que yo también cometí al principio ya que la interrumpí en una ocasión antes de que pudiese terminar de decir lo que estaba diciendo.
Tras insistir en que yo tenía que pagar el coste del transporte de muy malas formas y yo seguir negándome, comenzó a soltar una serie de calificativos de dudosa educación tales como: “esta situación me parece patética”, “es muy triste que estés discutiendo por 5€”, “no tengo porque ayudarte así que te estoy haciendo un favor”, etc.
¿De verdad es así como hay que tratar a los clientes? ¿Es normal esa actitud chulesca y maleducada?
Incluso empezó a poner ejemplos, desafortunados en mi opinión, donde decía: “Que sepas que en Amazon esto te pasaría igual, si recibes el pedido roto no te devolverían el dinero ni te dejarían cambiarlo.”
Lo cual, creo rotundamente que no es cierto. Ya que si por el algo se distingue Amazon es por su servicio… pero bueno, simplemente puntualicé que no estaba de acuerdo con lo que decía y que podíamos comprobarlo si tan segura estaba. A lo cual, se rio de forma irónica (lógicamente esto es una percepción mía) y volvió a insistir en que “es lo que hay y que ella tiene que justificar las cosas”.
Bueno, creo que le he dado argumentos suficientes como para justificar la situación. Ya que, en los correos que envié adjunte fotos donde se apreciaban los desperfectos…
Para concluir, diré que al final de esta conversación donde me subió el tono mucho más de lo que debería, me interrumpió de forma sistemática, calificó mi reclamación como patética y triste, se rio de lo que decía en más de una ocasión y demás faltas de respeto, accedió a enviarme la malla porque, y cito: “no voy a discutir por 5€”.
Me parece lamentable el trato que he recibido por parte de Mireia, vergonzoso. Una pena que un producto que parece bueno, bonito y barato esté respaldado por gente como ella.
Un cliente menos de ahora en adelante. Una pena.